Este concierto sin duda fue una gran demostración de un mundo de nuevos sonidos conjugando la música y el humor. Junto a sus cuatro integrantes, se descubrieron los sonidos que hay ocultos en la basura y sobre cómo hacer música con objetos cotidianos y residuos reciclados.
Una muleta ortopédica, un globo, un manillar de bicicleta, una manguera, un flotador, una regadera, una jeringuilla, unos globos, unos ladrillos, unas tuberías, una muleta y un manillar de bicicleta e incluso alimentos, se convirtieron en auténticos instrumentos musicales como flauta travesera, gaita, trompeta y hasta un clarinete. Aunque el instrumento que más brilló fue el increíble tubófono, que fue perfecto para tocar un buen rock and roll.
El concierto finalizó con una última actuación pero esta vez por parte del público, quien interpretó bailando y cantando un última canción junto a un saxofón de juguete acompañados por los 4 músicos.