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Desde el Complejo Deportivo del RACE hasta la meta: cuando el apoyo del club marca la diferencia

Los socios Julio Meseguer y Miguel Sánchez-Praena completan dos de los triatlones más exigentes del mundo gracias a la constancia, al apoyo del Club y la fuerza de su entorno familiar.
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Fecha:
jul 21, 2025
Por:
Víctor Treviño

“A pesar de todo el sufrimiento físico y mental, todo el esfuerzo ha merecido la pena”. Con estas palabras, Julio Meseguer Velasco, socio del Club, resume la satisfacción de haber superado sus propios límites al completar el pasado domingo 13 de julio el Ironman de Vitoria-Gasteiz. Un desafío de enormes dimensiones “que llevaba muchísimo tiempo persiguiendo y que, sin la ayuda y la preparación recibida en el Club, no hubiese sido posible”, afirma.

El reto, de gran exigencia, consistía en 3,8 km de natación, 180 km de ciclismo y 42,2 km de carrera a pie, que Meseguer logró finalizar en 11 horas, 42 minutos y 54 segundos. Una marca que lo hace sentirse “realmente muy contento”, no solo por haber culminado la prueba, sino también por hacerlo en un tiempo inferior a las 12 horas.

Su preparación, explica, fue tanto progresiva como compleja. “Muchas veces, lo difícil es llegar a la línea de salida”, comenta Meseguer, padre de seis hijos. “Hay que compaginar los entrenamientos con el trabajo y la vida familiar”, señala. Gracias al Complejo Deportivo, pudo organizarse: “He recibido clases de natación en el Club”, explica. Además, es miembro del Club del Corredor, lo que le ha permitido conseguir la preparación necesaria para participar en algún que otro maratón. “Hay que sacar tiempo de donde no lo hay para entrenar entre 12 y 14 horas semanales, como mínimo”, asegura.

La bicicleta también tuvo un papel fundamental en su preparación: “Los domingos salimos desde el Complejo Deportivo para completar sesiones de entre 3 y 5 horas”, explica. Como parte del camino hacia el Ironman, Meseguer participó previamente en la maratón de Roma en marzo y en el medio Ironman 70.3 de Valencia en abril.

Los momentos más duros del Ironman, recuerda, llegaron al final: los últimos kilómetros de la carrera a pie. “Es la parte final de un maratón y ya llevas encima un montón de kilómetros. Además, llegas con ampollas”, comenta. Por eso, insiste en que la fuerza mental y una adecuada nutrición, junto con una buena preparación, son fundamentales.

¿Repetirá? “Yo creo que sí, aunque tengo que decidir qué reto afrontar. Estaría bien algún destino al que pueda llevar a mi familia”, concluye.

Una experiencia similar vivió Miguel Sánchez-Praena Ferrer, también socio del RACE, quien participó en el Ironman de Lanzarote el pasado 17 de mayo. Tras seis meses de preparación junto a Julio Meseguer, logró completar el exigente recorrido por la isla canaria.

Coincide con Meseguer en que una de las mayores dificultades fue compaginar los entrenamientos con la vida diaria. “Nosotros nos preparamos en el Club. Allí entrenamos con Sofía, quien nos enseñó la técnica para nadar largas distancias de forma relajada, sin sufrir. Esa fue una de las claves”, destaca.

Para Sánchez-Praena, disfrutar del proceso de preparación también es esencial: “No solo hay que disfrutar de todo el proceso, sino también saber manejar el estrés de la agenda diaria y encontrar el equilibrio entre trabajo, familia y entrenamientos”.

"Menos es más", señala. “Es preferible realizar entrenamientos de calidad en lugar de entrenos muchas horas que afecten negativamente a otros ámbitos de tu vida. En mi caso mi mujer me apoyó mucho, de hecho, fue ella la que me regaló la inscripción”, confiesa.

Compara este camino con el de la Selectividad: “Hay que llegar al examen con la mejor preparación posible”, señala. Hay tres aspectos, explica, que son clave en la preparación: entrenamiento, descanso y alimentación. “Si fallas en el descanso o en la alimentación, el buen entrenamiento no sirve igual. El cuerpo debe ser capaz de asimilar los entrenamientos con el descanso adecuado. Hay gente que falla por sobreentreno”. Y concluye: “Este largo proceso supuso un equilibrio en mi vida. Me aportó valores y disciplina en el día a día”. Además, compartirlo con su familia fue especialmente gratificante, lo que le hizo sentirse “muy orgulloso”.

El Ironman de Lanzarote es considerado uno de los más duros del mundo, debido a las altas temperaturas, la orografía y los fuertes vientos. “Fue duro, porque la temperatura rondaba entre los 27º y 30ºC, y durante el recorrido en bicicleta tuvimos que enfrentarnos a ráfagas de viento de 30 km/h, lo que lo complicó aún más”, recuerda.

Al igual que Meseguer, Sánchez-Praena coincide en que el tramo final fue el más complicado: “Aunque al comenzar a correr me sentía bien, pero los últimos 15 kilómetros se hicieron especialmente difíciles”.

“Es una prueba muy emotiva. Al entrar en meta yo me acordé mucho de mi familia, que me apoyó muchísimo, y de todos los amigos y compañeros de entreno que han estado ahí.  Es una satisfacción tremenda porque es un logro que se consigue solo con mucho esfuerzo y sacrificio, y por eso se disfruta tanto”, afirma.

Por todo ello, tanto Julio Meseguer Velasco como Miguel Sánchez-Praena animan a todos los socios a acercarse al Club del Corredor y al Club del Nadador para vivir experiencias únicas. “Lo mejor es el buen ambiente que se genera en el Club, porque compartes momentos únicos unidos al deporte”, concluyen. Una vivencia marcada por valores sólidos: disciplina, esfuerzo y perseverancia.