El pinchado de green forma parte del mantenimiento de un campo de golf. Se trata de una tarea importante para conseguir que las zonas verdes del campo se regeneren y, de esta forma, estén en perfectas condiciones para la práctica del golf, sin embargo, obliga a cerrar el campo periódicamente.
Los greenes de un campo de golf sufren continuamente las pisadas de los jugadores, el peso de la maquinaria y la agresión producida por las bolas de golf que golpean y comprimen el suelo. Por lo tanto, es muy importante arreglar los piques y posibles desperfectos generados.
Una vez que se consigue esta uniformidad, se logra que la bola se deslice con naturalidad hasta el hoyo. El objetivo del pinchado no es otro que la aireación y alimentación del terreno. Con ello, se favorecerá la entrada de nutrientes y agua en las raíces de la planta. Además, favorecerá el drenaje en momentos de lluvia. En definitiva, todo ello se realiza para mantener el suelo sano y rico en sustento.
Estas labores de pinchado suelen realizarse dos veces al año, habitualmente previamente a los cambios de temperatura. Esto es, antes de la llegada del verano y en los meses de otoño, con la bajada de las temperaturas.
Las fases del pinchado de greenes son las siguientes:
- Abono: Antes de pinchar el green se abona para asegurarse de que coge fuerza. Así, estará mejor preparado por el proceso futuro.
- Pinchado: La máquina de pinchado agujerea la superficie clavando unos tubos huecos que producen unos pequeños agujeros creando unos cilindros. A través de estos orificios, de unos 5-10 cm de profundidad, se filtrará el agua y el aire.
- Recebado: En esta fase se esparce una capa de sustrato en todo el green. Con ello, se busca rellenar los agujeros para que el nutriente llegue a todos los niveles del campo.